Relato|Historia de un asesino serail + Encuesta del blog

El día de hoy es festivo en mi país así que he aprvechado el tiempo libre para actualizar el blog, les traigo un relato que me andaba dando vueltas en la cabeza desde hace unos días.




Aprovecho también para hacerles una pequeña encuesta que es muy importante para los próximos eventos del blog, me gustaría saber desde donde me leen, así que por favaor, déjame un comentario abajo y cuéntame de qué país eres. Sin más les dejo el relato.



 



Historia de un asesino serial


     Hoy en día las personas ya no creen en el amor a primera vista, lo que es más, ya ni quiera creen en el amor. Pero yo sí, creo firmemente en él porque así me he enamorado intensamente. Con sólo ver a una mujer puedo saber si ella es o no la indicada; aunque debo admitir que esto me ha pasado más de una vez en la vida, catorce para ser exactos.

     Sé muy bien que ya no soy tan joven y aunque hace más de un par de años que alcancé el tercer piso*, siento una pasión irrefrenable por las chicas universitarias. Justo esa edad donde han dejando atrás la pubertad y abren sus mentes al mundo.

     Por supuesto no es que esté obsesionado con ellas pero confieso que siempre captan mi atención cuando las veo pasar por las calles agitando su melena al ritmo sus apurados pasos. Justo como esa mañana cuando la vi; en ese momento lo supe, ella era la chica indicada. Su cabello castaño, largo hasta la cintura se ondeaba y ¡ah! esa sonrisa, ojalá hubiera sido a mí al que saludaba alegremente el sábado cuando la conocí.

     No es que sea un fanático ni nada por el estilo pero desde ese momento me determiné a planear la forma en que al fin pudiéramos encontrarnos de frente. Quería hacerla mía a toda costa, así que comencé a vagar a todas horas por el mismo lugar para volver a encontrarla y así empecé a descubrir poco a poco su rutina. Me gusta tomarme el tiempo para estudiar sus movimientos y así conocer las cosas que les gustan, dejar poco margen a la posibilidad de ser rechazado en el primer intento. Averigüé que todos lo martes sale a tomar batidos con sus amigos y que los jueves era el mejor día para acercarse pues solía ir sola a la biblioteca, sin embargo, a pesar de mis esfuerzos, no pude descubrir a donde iba los fines de semana.

     Por fin después de algunos meses de planearlo me decidí a enfrentarla, me había vestido para la ocasión con mis vaqueros favoritos y una chaqueta de imitación color caqui, me puse además esa loción que según el chico del anuncio, volvía locas a todas a mujeres. Ella caminaba por la acera con la melena suelta como siempre y llevaba contra el pecho los libros que había pedido de la biblioteca. Su vestido color blanco dejaba ver más allá de las rodillas y yo quedé embelesado, estaba preciosa.

     —Hola —dije acercándome a ella —estoy buscando un lugar llamado Jason’s, ¿lo conoces? Creo que me he perdido.

     —Estas cerca —dijo sonriendo —yo voy hacía allá — «lo sé» —podemos ir juntos si quieres —«perfecto.»

     La comida estuvo bien y la conversación no fue nada especial, lo que importaba para mí era lo que venía después, mi mente no dejaba de pensar en todo lo que quería hacerle cuando la tuviera entre mis brazos, de ninguna manera iba a dejarla escapar.

     —Me voy —dijo de pronto poniéndose de pie —es tarde debo volver.

     —Tan pronto —«rápido, piensa algo antes de que se vaya» —deja que te acompañe a casa —ella sonrió burlona y me dejó caminar a su lado en silencio.

     —Sé lo que haces, no creas que no he notado que me espías.

     —¿Tan obvio ha sido?

     —¿Qué pretendes?

     —Quería conocerte, desde que te vi no he dejado de pensar en ti. Eres bellísima —de nuevo sonrió «la adulación siempre funciona.»

     —¿Quieres venir? —dijo luego de un rato de andar en silencio —podemos estar solos...y así puedes conocerme mejor —la curva sus labios dejó al descubierto lo blanco de sus dientes.

     No pude evitar que una sonrisa perversa me llenara el rostro, había sido más fácil de que había imaginado. La tenía totalmente para mí y me aseguraría de que aquello no terminara pronto.



* * * * * *


    Con el periódico en la mano mientras tomaba un sorbo a su café, leyó el encabezado: “Desaparecido. Con este suman diecinueve.”

     —El pasado fin de semana otro joven fue reportado como desaparecido, la policía que investiga el caso declara que dentro de la casa no se encontraron pruebas de ADN de alguien que no fuera la víctima y la puerta no mostró señales de haberse forzado por lo que el hecho, probablemente, ocurrió fuera de su domicilio. Amigos cercanos aseguran que era una persona tranquila, sin embargo en nuestra investigación, este periódico encontró dos ordenes de restricción por acoso en contra del susodicho, la familia se encuentra a la espera…

     —Detente Madeline, sabes que me pone mal escuchar esas cosas —interrumpió su amiga —pobre chico...

     —Tal vez fue en defensa propia, aquí pone que era un acosador —dejó el periódico a un lado y puso las dos manos en la humeante taza de café.

     —¡No hables así! No dice que esté muerto, sólo que está desaparecido y aunque fuera así, nadie merece que le hagan esas cosas.

     —Tienes razón, ojalá que lo encuentren —tuvo que llevarse la taza de nuevo a la boca para esconder la sonrisa que invadió su rostro, no podía evitarlo, sabía de sobra que nunca iban a dar con él, se aseguró de que así fuera, igual que había hecho con los otros —ojalá… —decía mientras otra vez la sonrisa le llenaba los labios.




*Alcanzar el tercer piso. Expresión para referirse a una persona que ha llegado o rebasa los treinta años de edad.





No te olvides de dejar tu comentario abajo. Gracias por leer.


Hasta la próxima.



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